Historiador de formación y promotor de ideas vocacional, Jorge Marañón, presidente de
Imayin, agencia especializada en estrategias de comunicación y proyección de marcas, aúna pasado y presente en la empresa que fundó y dirige. "El pasado nos sirve para intentar no volver a caer dos veces en el mismo error y prever el futuro para desarrollar herramientas con utilidad a medio y largo plazo", asegura. Uniendo lo uno y lo otro, en 2001 fundó una firma que, en tiempos de crisis, ha optado por reinventarse para seguir creciendo.
Con un pasado profesional en el mundo de la gran agencia de comunicación, sabe que, con tecnología e innovación, es posible ofrecer a pequeños y medianos las mismas posibilidades de comunicación, marketing y publicidad de uso común entre las grandes corporaciones. "Sólo necesitan un buen asesoramiento en estrategia y reparto de la inversión". Y es que la elección de las pymes como objeto de negocio no fue casual. "Cuando la pequeña empresa se dirige al mercado buscando herramientas de comunicación, sólo suele encontrar respuesta a una necesidad: tratamiento online de su identidad visual. Pero no a alguien que les pueda resolver de forma global todo el proceso de creación de imagen estratégica y producción creativa. Todo lo que encuentran son empresas muy especializadas que les resuelven una necesidad u otra. Nosotros les ofrecemos completar la cadena de valor en la medida que necesiten".
Imayin ha decidido extender su modelo más allá de la comunidad madrileña. Y lo hará a través de franquicias, pues, según su filosofía, para ofrecer a sus clientes herramientas adaptadas a sus necesidades, tienen que conocerles casi mejor de lo que se conocen ellos mismos. "Y para que esto sea posible, se necesita crear un ambiente de confianza mutua, que es muy difícil cultivar en la distancia".
Analizando la estructura de negocio de Imayin, enseguida se percibe que la suya es una propuesta de autoempleo no muy habitual en España. La compañía ofrece un modelo especializado en agencias de publicidad que se ajusta a las demandas de la pequeña y mediana empresa, una tipología societaria cada vez más concienciada de la necesidad de unas políticas de comunicación y marketing propias, ajustadas a diferentes posibilidades presupuestarias. "La pyme es uno de los nichos de negocio menos explotados por las grandes firmas publicitarias, lo que la convierte en un potencial cliente", dice Marañón.
En su oficina, entre pizarras con enmarañados gráficos y objetos de merchandising, el emprendedor apunta como oportunidad para Imayin la crisis económica, sobre todo a la hora de captar grandes cuentas, a las que no renuncian, pese a especializarse en las pequeñas. "Las grandes empresas buscan externalizar ciertos trabajos de comunicación que no pertenecen a su cadena de valor, pero que necesitan para su posicionamiento comercial y para fidelizar clientes", agrega.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 31 de enero de 2010