Manuel Cobo, vicealcalde de Madrid, destacó ayer en su declaración a la juez que instruye el caso del supuesto espionaje político en la Comunidad de Madrid que, de todas las coincidencias de los partes del seguimiento con su agenda personal, hay una de especial relevancia correspondiente al 11 de abril de 2008.
Ataque a los militares españoles en Afganistán
Los talibanes mataron a un militar del Ejército español, pero su plan era mucho más letal. Tras colocar la bomba que el lunes costó la vida al soldado John Felipe Romero Meneses, de 21 años, abrieron fuego contra el resto del convoy español, compuesto por 11 vehículos.
NATALIA JUNQUERA | Madrid
El 57% de los militares muertos en ataques en misiones tenía menos de 22 años - Los extranjeros son el 7% de la tropa, pero un 43% de los fallecidos
La empresa que fletó el Yak-42 en el que murieron 62 militares españoles en 2003 al estrellarse en Turquía admitió ayer, por primera vez, que el vuelo era civil y no militar y que, además, jamás revisaba las condiciones de seguridad de los aparatos.
Cuando el PSOE y La Moncloa intentan enfriar el debate sobre la candidatura de José Luis Rodríguez Zapatero para 2012, José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, aconsejó al jefe del Gobierno que en julio, una vez acabada la presidencia de turno de la UE, haga una remodelación del Ejecutivo para reducir ministerios.
El abogado Gonzalo Martínez- Fresneda, defensor del juez Baltasar Garzón, impugnó ayer la segunda querella que el Tribunal Supremo admite contra el juez de la Audiencia Nacional en menos de cuatro meses, esta vez por negarse a abrir un proceso al presidente del Banco Santander, Emilio Botín.
Esquerra Republicana (ERC) se ha salido con la suya. El presidente de la Generalitat, José Montilla, contentó ayer la vieja aspiración de sus socios republicanos y presentó el anteproyecto del nuevo mapa territorial de Cataluña, que prevé dividir las cuatro provincias en siete veguerías, término vigente hasta el siglo XVIII y que desapareció tras la Guerra de Sucesión.
La tercera gran riada de los últimos diez años en Tenerife ha dejado un paisaje de guerra en la isla que se promociona como un destino turístico donde no hay invierno. Tras las lluvias torrenciales iniciadas el pasado lunes, aún había ayer calles y barrancos por los que corría el agua, 10.000 vecinos sin suministro eléctrico y otros tantos sin agua potable ni telefonía móvil.