Un atracador se olvidó ayer por la tarde la pistola simulada que llevaba durante el atraco a una farmacia, en Villaverde. El asaltante, que llevaba un pasamontañas y gafas de sol para no ser reconocido, tuvo que dejar el arma para arrancar la caja registradora y poder salir del establecimiento.
El suceso ocurrió sobre las ocho de la noche, en la calle de Esperanza Macarena, 30. A esa hora entraba el atracador con la pistola en la mano. "Nos ha dicho que no nos moviéramos", explicó Angi, una trabajadora que lleva dos años en la farmacia. No había clientes.
Fue el propio atracador el que se apoderó de la caja. Eso motivó que tuviera que dejar la pistola para hacerse con su pesado botín. Los empleados, con una sonrisa en la cara, se percataron de que el arma era falsa. "No sabemos la cantidad exacta que se ha llevado porque tenemos que ver todo lo que habíamos vendido por la tarde", añadió Angi.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de febrero de 2010