Los desfiles de la segunda jornada de la Semana de la Moda de Valencia se convirtieron ayer en una interminable sucesión del juego "piedra-papel-tijera" con los espectadores... el factor desconcierto, ansiedad y sorpresa (no siempre grata) marcaron las diversas salidas. Pero aquí seguimos, con la cara de póquer que preconiza esa cantante gagá.
Rompió el hielo Gotor con sus paños menores y sus pijamas king-size. Prendas en sedas y elastán para bachelors paródicos. A continuación, la colección Tango de Paco Roca dejó un corpus dramático significativo. Speecheless. La tarde se abrió con dos propuestas comerciales, bien resueltas, y más contenidas que en otras ocasiones. Encarnis Tomero abandonan el multicolor, casi su seña de identidad, por los grises y negros subterráneos. Y ganan en el viraje dado. Panas, lanas y gabardinas combinadas con el algodón de turno. Siglo Cero, más maduros, presentan un otoño-invierno en "crudos", con apliques irónicos en algunas de sus prendas.
El factor ansiedad, desconcierto y sorpresa marca la jornada
Vidal centra la temporada en proporciones y volúmenes
Y llegó él. Juan Vidal, el diseñador revelación de la pasada edición, subió la apuesta. La plaza se puso del revés. Vidal representa la contemporaneidad pura: estructuras actuales, actitud elegante, y mucha sexualidad. La quintaesencia cinematográfica. El poder de lo autorreferencial. Aquí hay tomate, y mucho vodka. Bloody Mary, ¡qué gran colección! El trench (como dios Burberry ha marcado) aparece objeto de deseo, las siluetas espigadas, y las formas se materializan en la imagen emblemática de esos iconos para los ojos paganos que son las nuevas femmes fatales: mantis laicas que usan su sexualidad para atrapar a sus víctimas y hacerles perder la cabeza.
Piensen más en Juliette Lewis que en la Garbo. Toda la colección resuelta en una paleta de rojos y prestando una atención, casi obsesiva, a los detalles. Y el diseñador encandila en gestos sutiles, como las mangas del revés, o los cortes asimétricos, que dan un nuevo giro a la prenda.
"A mí, dame un papel de arpía y me harás feliz", dijo en una ocasión Miss Bette Davis. Vidal sacó 24 ocasiones para que las Davis actuales estén radiantes de felicidad. Nota mental: las mujeres que presenta Vidal son fierecillas nada domadas que beben de las fuentes, de alta graduación, de la autora Camille Paglia y su "salvemos al feminismo de las feministas". Y cerró la jornada Alex Vidal más british que nunca. Explorando un corte relajado, Alex Vidal se centra esta temporada en las proporciones, los volúmenes y el gris londinense. Redefine importantes clásicos, como el Príncipe de Gales, detalla las lineas e introduce nuevos tejidos que pronto se convertirán en clásicos, como la lana abullonada. ¡Cheers!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de febrero de 2010