La preocupación y el desconcierto se aprecian en el PSOE en las últimas horas con una intensidad desconocida. La gestión de la crisis, el rumbo errático en los anuncios sobre los planes para el sistema de pensiones, con sus rectificaciones posteriores, y el remate de la derrota electoral proclamada por el barómetro de enero del CIS han extendido la incertidumbre por el partido.
Los efectos de la crisis
Frente a la vorágine económica y la ansiedad política, de nuevo, apareció el santo Job. Mariano Rajoy ha decidido frenar una vez más a todos los miembros de su partido, incluidos su secretaria general, Dolores de Cospedal; su hombre fuerte, Javier Arenas, y su gran rival interna, Esperanza Aguirre, que se están lanzando a pedir elecciones anticipadas o proponer una moción de censura.
"No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas, o un extranjero que vive en alguna ciudad de tu país Págale su jornal ese mismo día antes de que se ponga el sol, porque está necesitado y su vida depende de su jornal".
El juez instructor del Tribunal Supremo Luciano Varela dio ayer el paso previsto y definitivo para acabar con la carrera del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. En un auto de 54 folios, que tiene la textura de una genuina sentencia condenatoria, Varela atribuye a Garzón un delito de prevaricación (artículo 446.3 del Código Penal), castigado con inhabilitación de 12 a 20 años, por querer investigar los crímenes del franquismo.
La última operación contra la corrupción en el seno de Unió Mallorquina (UM) -tres de sus cargos permanecían anoche en los calabozos de la policía-, ha llevado al presidente de Baleares, el socialista Francesc Antich, a decidir romper con este partido, clave en los gobiernos del PSOE en Palma, Mallorca y Baleares.