Probablemente Zapatero nos dirá que aumentar la edad de jubilación es de izquierdas. Pero la verdad es que ha sucumbido a las presiones de los sectores económicos más poderosos, recortando uno de los derechos sociales más emblemáticos. Han hecho depender el sistema de pensiones exclusivamente de las cotizaciones sociales, como si ello estuviera escrito en la Biblia. Sólo 8 de los 27 países de la UE lo hacen. Pero no tiene por qué ser así, pues se trata de un sistema de reparto y solidaridad, al igual que la educación y la sanidad. Por eso siempre estarán garantizadas por el Estado.
Han hecho depender las pensiones de los salarios, y han permitido que desde el año 2000 al 2008, las rentas salariales transfieran dos puntos de PIB a los beneficios empresariales. Si las subvenciones fiscales a los fondos de pensiones privados y las comisiones bancarias por su gestión fueran a las reservas del sistema público, las garantías de éstos se verían reforzadas. Con estas preferencias sociales los Gobiernos siempre tendrán malas excusas para recortar las pensiones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de febrero de 2010