He pasado unos días en París en casa de familiares y me ha sorprendido que estén pagando 30 euros mensuales por Internet banda ancha, llamadas telefónicas a toda Europa y Canadá, además de un buen número de cadenas de televisión extra. Por 50 euros nosotros tenemos acceso a una banda ancha lenta, más llamadas a España. ¿A qué se debe esta gran diferencia de precios y prestaciones?
¿No puede el Gobierno tomar de verdad cartas en el asunto y presionar a las compañías de comunicación para que se equiparen los precios con los de Francia y el resto de Europa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de febrero de 2010