Un sector del taxi que agrupa a trabajadores autónomos se opuso ayer al preacuerdo alcanzado el pasado martes con el Instituto Metropolitano del Taxi (IMT) para reducir la flota en 1.000 vehículos al día y contrarrestar la caída de la ocupación por la crisis. Ante el fracaso del preacuerdo, alcanzado tras varias sesiones negociadoras, el IMT convocará una consulta entre todos los conductores -hay 13.500 que conducen la flota de 10.250 taxis- probablemente a lo largo de la semana próxima, según explicó ayer el gerente del IMT, Miguel Ángel Martín. "No nos parece serio el cambio de opinión de un día para otro. Así que se formularán varias posibilidades para que cada conductor se pronuncie", añadió.
Después de reivindicar la retirada de 2.200 coches al día con la introducción de turnos de trabajo, representantes de varios colectivos del taxi -como los sindicatos STAC y GTI- aceptaron la propuesta del IMT de descansar dos días al mes, lo que supone una reducción diaria de 1.000 vehículos. Eso pasó el martes. Ayer, ese preacuerdo saltó por los aires porque un grupo de autónomos mostró su desacuerdo a los directivos del IMT. Ese sector de taxistas ha convocado una asamblea para el viernes con dos finalidades: conocer el parecer del colectivo y determinar qué acciones emprenderán a partir del lunes, día de inicio del congreso mundial del 3GSM. Las movilizaciones de protesta parecen seguras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de febrero de 2010