La burbuja inmobiliaria sigue perdiendo aire en el País Vasco. Pese al descenso de los precios, la compraventa de viviendas cayó en la comunidad autónoma un 19,3% a lo largo del año pasado con respecto a 2008, hasta situarse en 15.464 operaciones.
Los hogares transmitidos fueron casi el doble en realidad, aunque buena parte se debió a donaciones, permutas o herencias. El descenso resultó menos acusado que en el conjunto de España, donde se registraron 414.811 contratos, casi una cuarta parte menos que en 2008. La mayor mengua la sufrieron las casas ya usadas.
Los datos facilitados ayer por el INE confirman así la crisis del ladrillo. El parón se percibió especialmente en Guipúzcoa, donde la caída de los últimos doce meses se acercó a la media española y se situó en un 24,1%. El descenso en Vizcaya se quedó en el 17,9% y en Álava se redujo al 15,2%, quizá por ser el territorio con más opciones de expansión urbanística, aunque fue también en el que menos operaciones se contabilizaron.
Del total de compraventas registradas en Euskadi durante el año pasado, apenas una cuarta parte correspondieron a pisos de protección oficial, si bien fue el sector que menor descenso sufrió respecto a 2008. El mercado de vivienda usada, por su parte, absorbió cerca del 53% de las operaciones, aunque su caída fue más acusada que en el caso de las de nueva construcción.
Los datos no fueron más halagüeños en diciembre. El último mes del año acentuó incluso el parón inmobiliario en España y el País Vasco no resultó ajeno a tan pesimista escenario. La transmisión de viviendas en la comunidad autónoma se situó en un total de 2.241 unidades, aunque sólo 1.123 operaciones se cerraron mediante la fórmula de la compraventa. La mayor parte de los contratos se cerró en el mercado libre y en el de segunda mano.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de febrero de 2010