Acababa de comenzar el juicio contra el etarra José Antonio Zurutuza por el asesinato del ex delegado de Telefónica en Guipúzcoa Enrique Cuesta en la Audiencia Nacional. De repente, una mujer y dos jóvenes se levantaron entre el público y mostraron fotos de José María Latiegui, en cuya muerte también participó presuntamente Zurutuza, aunque este último asesinato fue declarado prescrito el 24 de noviembre.
Se trataba de la viuda de Latiegui -antiguo responsable de Moulinex- Ramona Garrido, su hija y el compañero de ésta. Antes de que el presidente de la Sala Penal, Javier Gómez Bermúdez, los desalojara, le gritaron: "Nos matan dos veces; nos mató él y está ayudándole usted". Bermúdez se pronunció en contra de la decisión de no juzgar a Zurutuza por el asesinato de Latiegui y lo hizo constar en un voto particular. "Debió haberse dictado auto en el que se declarara que el delito no ha prescrito y que procedía la continuación de la causa con la celebración del correspondiente juicio", escribió en él.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de febrero de 2010