La propuesta de la concejal Imma Mayol de reducir a 60 kilómetros por hora el límite de velocidad en las rondas de Barcelona para disminuir el ruido ambiental topó ayer con el rechazo de la oposición y de quienes viven del coche. El alcalde de la ciudad, Jordi Hereu, en cambio, lanzó un capote a sus socios de ICV. Hereu aceptó que se pueda limitar la velocidad, aunque no en todos los tramos. Esa misma fue la postura de Mayol.
La oposición, en cambio, no ve clara la reducción. Xavier Trias (CiU) se preguntó si se trataba de una más de las, en su opinión, improvisaciones del equipo de gobierno. Alberto Fernández (PP) ironizó sobre el desconcierto de los conductores en una ciudad que tendría limitaciones a 10, 30, 50 y 60 kilómetros por hora. Xavier Almirall, del Servicio Catalán de Tráfico, se limitó a recordar que las limitaciones en ciudad son competencia municipal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de febrero de 2010