Domingo Miguel C. P., de 40 años, que confesó haber asesinado a su esposa en Alcover (Tarragona), descuartizado el cadáver y ocultado los restos a lo largo de 70 kilómetros en la autopista AP-7, cometió el crimen poco después de haber sido condenado por agredirla.
Sobre él pesaba, además, una orden de alejamiento de 500 metros de la víctima, de 36 años y nacionalidad bielorrusa, por malos tratos. Se dictó cuatro días antes del asesinato. La condena la decretó el Juzgado de Valls el 5 de febrero, después de que la víctima denunciara al acusado por maltrato y amenazas.
El 9 de febrero, en un juicio rápido del mismo juzgado, el presunto homicida fue condenado a seis meses de cárcel por un delito de lesiones y se le prohibió acercarse a la mujer durante dos años. La pena fue conmutada por 180 días de trabajo en beneficio de la comunidad. Nada impidió que horas después se presentara en el domicilio de la mujer y la asesinara, según el auto del juez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de febrero de 2010