Todo el mundo sabía que enterrada bajo la "estampa más noble y emblemática" de A Coruña discurre la secular muralla que otrora delimitaba su fachada marítima. Prueba de ello es el gran proyecto de remodelación de la dársena de la Marina y O Parrote que, bajo el título Reflejo del pasado, ganó en 2007 el concurso de ideas convocado por el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria. La reforma diseñada por el arquitecto González-Cebrián, con un coste de 13,63 millones de euros y un plazo de ejecución de 18 meses, planteaba, al reordenar el tráfico con vías subterráneas, recuperar la antigua fortificación y ponerla en valor con lucernas a pie de calle. Pero no hay dinero y el proyecto, anunciado para 2008, cayó en el olvido. "Cualquiera se plantea hacer nada con todo lo que hay ahí debajo", arguye la edil de Urbanismo, Obdulia Taboadela. Y clama "que la prioridad es cerrar el agujero del Parrote".
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Sin embargo, para el director general de Patrimonio de la Xunta, José Manuel Rey Pichel, aquel proyecto ganador es aún hoy "una solución brillante" al atolladero en el que hoy está el Parrote. "Resolvía tres problemas", destaca Rey, "porque conservaba y valoraba el patrimonio de la ciudad".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de febrero de 2010