El edificio que fue desalojado el pasado domingo en la cuesta de San Vicente tendrá que ser derribado en su mayor parte en un plazo máximo de cinco días, después de que los técnicos de Urbanismo hayan determinado que sufre daños estructurales y podría derrumbarse. Un total de 48 vecinos tuvieron que abandonar el edificio del número 40 después de que uno de ellos alertase de unas grietas de gran tamaño.
Según explicó la coordinadora de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, Beatriz Lobón, el Consistorio ha dictado, tras recibir el informe de los técnicos, un decreto por el que se declara "la ruina inminente del cuerpo de fachada y su prolongación a los cuerpos menores adosados a ambas medianerías", lo que supone tirar la parte delantera y dejar en pie únicamente la trasera.
Los propietarios tienen ahora cinco días para contratar a una empresa que tire esa parte del inmueble. Se prevé que los afectados, que ya recogieron parte de sus pertenencias en el momento del desalojo, puedan volver a sus casas antes de la demolición para recoger el resto. El informe elaborado por los técnicos municipales determina que la escalera del inmueble está "totalmente podrida" y que tanto los elementos verticales como horizontales de la estructura están "destrozados", y apunta la posibilidad de que el edificio se derrumbe.
Lobón ha precisado que el edificio, de 1880, es de madera y "además de antiquísimo está mal mantenido", ya que sólo se ha efectuado alguna obra a requerimiento del Ayuntamiento, pero "no se ha mantenido con todas las de la ley". El Ayuntamiento estudiará la situación de los afectados y a algunos les ofrecerá pisos de la Agencia Municipal de Alquiler.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de febrero de 2010