Son cinco familias de jubilados que llevan viviendo en una finca entre 40 y 60 años. Ahora tendrán que dejarlo. Así lo establece una sentencia del titular del Juzgado de Primera Instancia número 24, Antonio Pascual Nuño de la Rosa y Amores. El juez reconoce que la propiedad dejó de realizar obras en el edificio, situado en el número 25 de la calle de Vallespir, en Barcelona y que las que ahora deberían acometerse superan el 50% de la valor de la finca. Al piso más caro le asigna un precio de 33.000 euros. Al amparo de la ley, ordena a los inquilinos a abandonar el edificio, previa indemnización de 8.000 euros a cada familia, porque, razona, podrán encontrar un piso similar en la zona (unos 80 metros cuadrados junto a la estación de Sants) por unos 700 euros de alquiler.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de febrero de 2010