Formo parte del, cada vez más, elevado colectivo de trabajadores que con cincuenta y algún años pierde su puesto de trabajo. Y con pocas o nulas posibilidades de encontrar uno nuevo, se ve obligado, con gran sacrificio económico, a seguir cotizando para llegar a la edad de jubilación. ¿No sería más justo el cálculo de la base reguladora sobre toda la vida laboral y no sobre los últimos 15 años?
En mi caso concretamente, si continuara cotizando a partir de los 65 años, la base para el cálculo me disminuiría, ya que no entrarían los dos o tres últimos años de los 25 cotizados como trabajador por cuenta ajena. Por ello, aunque no quisiera, el Pacto de Toledo me obliga a jubilarme.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de febrero de 2010