El Sindicato Profesional de la Ertzaintza (SIPE) analizó ayer las causas del elevado absentismo laboral que soporta la Ertzaintza y, aunque reconoció que puede haber "algún caso de picaresca puntual", argumentó que la policía vasca tiene las cifras "más altas de divorcios y enfermedades mentales" como ansiedad, estrés o depresión. Según reveló, los agentes se ven obligados a "tomar ansiolíticos por el día e hipnóticos para poder dormir, además de los correspondientes antiácidos para las malas digestiones".
A través de un comunicado, SIPE destacó la permanente amenaza terrorista y el riesgo de "vida, patrimonio y familia" que conlleva por un salario. En este sentido, desveló que más de 800 agentes "no pueden soportar la presión de vivir dentro de Euskadi y tienen que emigrar a otras comunidades para que su ansiedad no taladre su cerebro", algo que "a veces ni siquiera consiguen".
El sindicato apuntó también hacia mandos elegidos "a dedo", al servicio "de una ideología", como algunos de los causantes del absentismo laboral en la Ertzaintza. Según denunció, deberían haber sido retirados del puesto "hace tiempo", aunque apuntó que su relevó podría provocar "problemas políticos" al consejero de Interior, Rodolfo Ares, y aseguró que "por eso no se atreve a solucionar el problema".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de febrero de 2010