Dos victorias en 2009, una miseria para un sprinter como él; un Tour de impotencia y un triste Mundial habían convencido a los expertos, enamorados de la nueva ola anglosajona que nos invade, comandada por el terrible Mark Cavendish, devorador de etapas y ositos de Haribo a partes iguales, que a Óscar Freire (34 años cumplidos el pasado día 15) poco le quedaba por decir. El propio Freire, con una personalidad alejada de lo que se lleva en el mundo de los sprinters, bravucones, desafiantes, parecía darles la razón con una serie de declaraciones a finales de 2009 más tendentes a la melancolía que a la esperanza.
Sin embargo, ha comenzado 2010 y Freire ha declarado que no sólo le gustaría seguir corriendo esta temporada, sino también la próxima; ha recordado que el cuarto Mundial, récord absoluto, quizá le espere en septiembre a las afueras de Melbourne y el mundo ha empezado a girar de otra manera. Para muestra, un dato: cinco carreras ha disputado el ciclista de Torrelavega este febrero: tres ha ganado, una en Mallorca, dos en la Vuelta a Andalucía, la última ayer, en Benahavís (Málaga). En las otras dos pruebas, un tercer puesto y un lugar en el pelotón en la primera de Andalucía, que terminó en alto.
La última vez que ganó dos etapas en Andalucía, en 2007, Freire se impuso un mes después por segunda vez en la Milán-San Remo. Quizá la tercera classicissima, ganada en 2009 por Cavendish, le espere.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de febrero de 2010