Nicolas Sarkozy ha mirado a la izquierda a la hora de designar a dos altos cargos institucionales franceses. Así, ha elegido como nuevo presidente del Tribunal de Cuentas, uno de los cargos más prestigiosos de la República francesa, al diputado socialista Didier Migaud, de 56 años, hasta ahora presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional. Sustituirá a Phillipe Segin, figura político de la derecha y ex ministro con Jacques Chirac, fallecido hace poco más de un mes.
Migaud no ha sido el único alto cargo elegido que no comulga con las ideas de Sarkozy: uno de los nuevos miembros del Consejo Constitucional será el senador Michel Charasse, ex ministro de Presupuesto del socialista François Mitterrand, un político atípico, controvertido, hombre autodefinido como "de izquierda" y perteneciente al Partido Socialista francés (PS) hasta su expulsión en 2008 por haber apoyado a un candidato disidente para la presidencia del Consejo Regional de Puy-de-Dome.
Con estas dos designaciones, a un mes de las elecciones regionales, Sarkozy vuelve a utilizar un recurso que caracterizó sus primeros pasos como presidente de la República: la apertura a la izquierda, o, al menos, el dejar paso a eminentes nombres de la izquierda para que ocupen cargos de relevancia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de febrero de 2010