La luz y las flores tomaron ayer un protagonismo especial en el acto de la Crida, primera cita del programa de festejos falleros. Ante miles de personas, las torres de Serranos se engalanaron para servir de marco a la entrega de las llaves de la ciudad que la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, hizo a la fallera mayor de este año, Pilar Giménez. Ambas se dirigieron en valenciano a una atiborrada explanada y a las miles de personas que aplaudieron sus intervenciones en la Crida en una "noche de luna llena", como destacó la alcaldesa.
"Tenemos una cultura digna de envidia", clamó la fallera mayor en su llamada a "gozar" de la fiesta y tras recibir unas llaves que, según dijo, han de servir para abrir la ciudad a "gente de todo el mundo". "Os espera en cada calle una obra de arte, música y tracas", añadió mientras se dirigía al público de la mano de la fallera mayor infantil, Ariadna Galán, quien se encargó de suministrarle pañuelos en los momentos en que no pudo contener las lágrimas.
Pero pese a no haber iniciado aún el mes de marzo, el de ayer fue un día completo de fallas, que comenzó a las 7.30 con la despertà y el estallido de 300.000 trons de bac por las calles del centro. Las previsiones de asistencia a la posterior mascletà en la plaza del Ayuntamiento se superaron, ya que el disparo (ayer con la técnica tradicional de encendido manual) logró una gran asistencia propia de la semana fallera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de marzo de 2010