Un reciente acuerdo entre el Ayuntamiento de Gandia y la orden de las clarisas para exponer públicamente el patrimonio artístico de las religiosas ha reavivado en Xàtiva una vieja reclamación con evidentes paralelismos. En 2001, las clarisas de la capital de La Costera abandonaron su sede, en el monasterio de Santa Clara, llevándose consigo las obras de arte acumuladas a lo largo de seis siglos. Excepto un cuadro de Vicente López, La Santa Cena, las obras se depositaron en la nueva ubicación de la orden, en la vecina Canals, una maniobra que colectivos ciudadanos, oposición y la propia Iglesia de Xàtiva tildaron de expolio. Pese a las reclamaciones, y la polémica derivada, no ha habido avances en casi una década.
La regidora de cultura setabense, Maria José Pla, argumenta que existe un acuerdo verbal con la orden para que las obras vuelvan una vez acabada la rehabilitación en el monasterio de Xàtiva, en el que una empresa de Zaragoza, que lo adquirió, plantea habilitar un hotel con el beneplácito del Ayuntamiento. El portavoz socialista, Roger Cerdà, calificó el acuerdo como "poco serio" y reclamó que se trabaje para conseguir un convenio "por escrito" similar al de Gandia.
La propia directora general de Patrimonio de la Generalitat, Carmen Pérez, mostró la semana pasada en Xàtiva su predisposición a abrir conversaciones con las clarisas. Cerdà, con todo, manifestó su escepticismo y su preocupación ante los indicios de que parte de las piezas pudieran estar ya circulando en el mercado de antigüedades.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de marzo de 2010