La revisión salarial a partir del IPC me parece un mínimo irrenunciable de la reivindicación laboral. ¡Sólo faltaría que las tensiones inflacionistas provocadas por la especulación, el dinero negro y el consumismo recayera sobre las espaldas de quienes tienen cada vez más limitado su poder adquisitivo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de marzo de 2010