Primero fue Grecia; después España, Portugal e Irlanda. Los mercados siguen sacudiendo allá donde sospechan de una posible crisis fiscal, una eventual crisis política, una difícil salida de la crisis, casi cualquier cosa.
La penuria que vive el mercado laboral desde hace dos años ha suavizado uno de los indicadores tradicionalmente más adversos: la siniestralidad. Las muertes por accidente de trabajo cayeron a su mínimo nivel desde que hay datos fiables -más de 30 años- en 2009, con 826 personas fallecidas, según datos del Ministerio de Trabajo.
Las grandes empresas españolas aumentaron su deuda en 2009 pese a la crisis, la restricción crediticia y la presión de las agencias de calificación. El pasado 31 de diciembre, las compañías no financieras que forman parte del Ibex 35 acumulaban un endeudamiento conjunto de 224.789 millones de euros. Esta cantidad, que supone un 62% de la capitalización del índice bursátil, es un 4,2% superior a la cifra que debían un año antes.
El sector de automoción sigue acelerando gracias a las ayudas directas. En febrero se matricularon en España 91.281 turismos, lo que supone un aumento del 47% sobre el mismo mes de 2009. Hay que recordar que ese último mes sufrió un desplome de las ventas del 48,8% para quedarse en una modesta cifra de 62.107 unidades matriculadas, el nivel más bajo de la serie histórica de febrero.