Rosa Díez debe de estar atravesando un momento dulce, pues las encuestas reflejan una intención de voto a UPyD que, de materializarse, podría convertir a su formación en llave de un futuro Gobierno. Quizá sea por eso, por su estado de ánimo exultante, que el otro día tuviera un arrebato de espontaneidad, con Iñaki Gabilondo en CNN+, y nos dejara ver de un modo meridianamente claro cuál es su auténtica noción de España. Sin embargo, esta revelación, lejos de restar coherencia a su discurso, pone en conexión directa su concepción de la nación -como amalgama de pueblos que culturalmente padecen ciertas debilidades del espíritu- con su proyecto político -un Estado centralista omnipotente capaz de corregir tales desviaciones-. Dos ideas-fuerza que, como se puede comprobar, enraízan directamente en el nacionalcatolicismo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de marzo de 2010