La planta de la multinacional francesa Michelin en Vitoria ha logrado atravesar la primera fase de la crisis sin necesidad de presentar ni un solo expediente de regulación, gracias a acuerdos especiales para una mayor flexibilidad laboral y disminución de la jornada, que se recuperará en los próximos cuatro o cinco años.
La buena relación de la dirección con los dos sindicatos mayoritarios en la empresa -UGT y CCOO- ha facilitado la implantación de la medida. "La corresponsabilidad ha permitido llegar a ese escenario y ha salvado empleos", describe el director general de Michelin Vitoria, Amadeo Álvarez. "Se trata de llegar a acuerdos que permitan, manteniendo la legítima estabilidad laboral, ser mucho más flexibles", abunda.
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Una situación similar sucedió en la alavesa Ramondín. Sus responsables plantearon a sus 332 trabajadores la aplicación del modelo alemán. El 99% de la plantilla aceptó en 2009 y ha vuelto a hacerlo este año. El pasado año registraron un 10% menos de horas de trabajo y cobraron un 10% menos, y este año la situación se está repitiendo.
Ramondín produce la mitad de las cápsulas que sellan las botellas, sobre todo de vino, junto al corcho, de todo el mundo. Directivos y sindicalistas de ambas empresas se muestran convencidos de que sin pactos especiales hubiesen llegado los despidos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de marzo de 2010