El Congreso dedicó ayer la jornada al recuerdo de los fallecidos el 11-M y aprobó declarar el 27 de junio como Día de las Víctimas del Terrorismo, fecha en la que ETA mató a una niña de 22 meses, Begoña Urroz, en 1960. Por la mañana, el acto más institucional. Con Zapatero, Rajoy y la Cámara en pleno. Se guardó un minuto de silencio y el presidente de la Cámara, José Bono, recordó a las familias de los fallecidos que no están solas. Por la tarde, el acto más social. Con los representantes de las asociaciones y decenas de víctimas. Fue un acto de lectura para el recuerdo. Una quincena de niños leyó los 192 nombres de las víctimas y los representantes de las asociaciones, los 31 artículos de la Declaración de Derechos Humanos. "Un día para beber de la fuente de la memoria", resumió Bono.
MÁS INFORMACIÓN
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de marzo de 2010