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Los casi 30 años ininterrumpidos de gobiernos socialistas en Andalucía no son un lastre, sino un aval ante los andaluces, pero el PSOE necesita cambio, innovación y reformismo. Éste es en síntesis el mensaje con el que José Antonio Griñán presentó ayer su candidatura a la secretaría general del PSOE de Andalucía.
Felipe González y Cándido Méndez / GARCÍA CORDERO
El congreso de los socialistas andaluces también guardó un hueco para el ayer. Por el plenario pasaron los ex presidentes autonómicos Rafael Escuredo, que estuvo al frente de la Junta entre 1982 y 1984, y José Rodríguez de la Borbolla (1984-1990). Y también intervino el ex presidente del Gobierno central Felipe González.
A Manuel Chaves le habían dejado la parte emotiva. Y su discurso lo fue, pero también mucho más. En el preámbulo de este congreso en el que los socialistas andaluces van a cambiar de referencia tras 16 años, sus compañeros, y él mismo, habían hablado de su informe de gestión.
Aunque José Antonio Griñán lleva décadas en cargos públicos, desde que accedió a la presidencia de la Junta andaluza de la mano amiga de Manuel Chaves -ya no tan amiga por las vistosas desavenencias que han precipitado este congreso-, ha sido una caja de sorpresas.
"Con lo del plan Zapatero, las empresas adjudicatarias nos tienen que ingresar lo que le debemos a Bella Amigo". Bella Amigo es la exclusiva empresa a la que los implicados en la trama corrupta de El Ejido encargaban las mariscadas.
El asesino confeso de la joven Marta del Castillo, Miguel Carcaño, reiteró ayer ante el juez del caso que desconoce dónde está el cuerpo de la víctima. Fue la única pregunta que respondió Carcaño anoche en su declaración en la audiencia previa del tribunal del jurado.
Una exposición repasa en Málaga la relación del pintor con las revistas
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