En el Pabellón Olímpico de Badalona, en el que los que llamaban la atención por su edad eran los más jóvenes, con el orden, la organización y la comodidad mandando y donde sonaba una música evocadora de otros tiempos con pulcritud, nada desatinado o triste podía ocurrir anoche. Spandau Ballet, trajes oscuros y peinados discretos en un escenario limpio y clásico, se reencontraron con sus mejores años y quizás también con los de su público, a los que obsequió y se obsequió con sus temas más populares, una colección de canciones pop con recortes de ritmo funk blanco orladas por saxo y coros. Como entonces, aunque ahora en un ambiente más reposado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de marzo de 2010