Me pregunto, nos preguntamos muchos ciudadanos, si llamar a la rebelión o hacer apología contra el cumplimento de las leyes no es punible. Quizá no, pero resulta repugnante e incomprensible que quien hace esa llamada esté al frente de una comunidad autónoma en vez de estar frente a los tribunales.
Me pregunto, nos preguntamos, si el ensañamiento desatado contra Garzón sólo responde a una mera aplicación de la justicia o a un ajuste de cuentas. Jueces frente a jueces aprovechando denuncias interesadas. El espectáculo es lamentable, las consecuencias ya se verán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de marzo de 2010