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Reportaje:

"Mandme 1 txi, pr fvor"

Una empresa permite solicitar taxi con un mensaje de móvil o por internet

Si necesita un taxi a la puerta de su casa ya no tendrá que coger el teléfono y escuchar la voz neutra de un operador. Con sólo hacer un clic, tras haber entrado en la web www.etaxi.es, o mandar un SMS será suficiente para que el coche disponible más cercano llegue a usted sin necesidad de hablar con nadie. Así de fácil promete ser eTaxi, servicio de la empresa SASSET basado en la tecnología GPS. "Nunca antes fue tan fácil y rápido llamar a un taxi", asegura su publicidad.

El desarrollo de este sistema comenzó a principios de 2008, cuando dos informáticos -Luis de la Portilla y Julio Jiménez-, un especialista en transporte aeronáutico -César Bargueño-, y un publicista -Xácome Froufe-, hoy todos socios de la empresa, decidieron simplificarles la vida a los usuarios de taxi.

Burgueño, ahora consejero de la empresa y desempleado cuando comenzó el proyecto, cuenta la idea. "No sólo hicimos el desarrollo informático, sino la concepción intelectual. La terminal GPS integrada a los taxis se comunica con el servidor cada 10 segundos. Este detecta en tiempo real todas las unidades disponibles. Si el taxista decide hacerse cargo del viaje, la relación se hace totalmente interactiva entre el cliente y el taxista. No hay nada por hablar", explica. Una vez que el usuario envía su localización al servidor, éste la convierte en coordenadas. No habrá fallos, asegura, pues 12 servidores respaldan el servicio.

El sistema promete dar a los clientes comodidad, y a los conductores reducir los gastos por consumo de gasolina cuando van vacíos (lo que ocurre el 30% del tiempo total de servicio), según estimaciones de SASSET. Para incorporarse, los taxistas tienen que pagar 25 euros al mes más IVA.

Por el momento el servicio cuenta con 350 afiliados, apenas el 2% de los más de 15.600 taxistas que hay en Madrid. "No pensamos sobrepasar los 3.000 cehículos. El sistema está tan automatizado que si no crecemos en Madrid podemos intentarlo en Barcelona, y si no en otra ciudad. Esperemos a ver qué pasa", comenta Burgueño.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de marzo de 2010