No es una ópera, aunque presenta una selección de algunas de las mejores arias de la historia del género. Tampoco es un concierto, aunque los fragmentos líricos se suceden uno tras otro sin solución de continuidad y el prolijo aderezo de todo ello con coreografías de estilos diversos tampoco lo convierte en un espectáculo de danza. La suma de todo esto se llama The opera show, un singular espectáculo híbrido de procedencia británica que mezcla la estética punk y extravagante de la diseñadora Vivienne Westwood con el más puro barroquismo de John Galiano para recorrer de forma ligera e iconoclasta la historia de la ópera a través de una veintena de populares arias y un tema del histórico grupo de rock británico Moody Blues. Se presenta en el teatro Victòria de Barcelona hasta el 4 de abril.
Su creador, el coreógrafo y director de escena irlandés Mitch Sebastian, concibió el espectáculo tras asistir a un concierto de la legendaria soprano neozelandesa Kiri Te Kanawa y el tenor pop italiano Andrea Bocelli. "Resultó un concierto aburrido. Faltaba escenificación. Si Madonna presenta sus canciones en una gran puesta en escena, por qué no hacerlo en un concierto de música clásica. La idea es simple, pero única", se felicitó ayer Sebatian en la presentación del espectáculo.
The opera show es un espectáculo en tres actos sin hilo argumental que comienza con una alegoría de los inicios del género en la época barroca; prosigue con un cuadro, situado en la España de posguerra, que rememora el mundo la fonografía, y termina en la era de la música electrónica y la influencia de la MTV.
Las interpretaciones, en directo y con amplificación, corren a cargo de cuatro jóvenes cantantes de ópera -el reparto está doblado para que los intérpretes se alternen en las funciones-, cinco bailarines y un ensemble de siete instrumentistas y un guitarrista de rock. "La amplificación es necesaria, porque el espectáculo cuenta con partes de música pregrabada que por su volumen pueden tapar las voces", explicó Mitch Sebastian.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de marzo de 2010