Primero, se intentó lanzar el cine con "olor". Un fracaso. Hace unos años, se lanzó la moda de colorear películas en blanco y negro, y cuando en televisión programaban Casablanca, por ejemplo, era preciso lanzarse velozmente hacia el mando a distancia para poder disfrutarla en su blanco y negro original. Otro fracaso.
Es seguro que Star wars convertida a 3D resultará divertida y más espectacular, y lo mismo ocurrirá con los partidos de fútbol, aunque no con las corridas de toros. Pero me temo que se aproxima la época en que habrá que abalanzarse hacia otro mando o ingenio semejante para poder ver en su versión de toda la vida Calabuch, Charada o Los hermanos Marx en el Oeste.
Está claro que business is business, pero el engorro de las dichosas gafas y lo absurdo de los programas del corazón en 3D terminarán cansando.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de marzo de 2010