Nicolás no tiene padre. Lo mataron en 2009. Él lo vio con cinco años recién cumplidos. Se convirtió en uno de los 10.000 huérfanos de Ciudad Juárez. Su padre, en uno de los 5.000 asesinados por sicarios, mientras el Ejército mexicano parece incapaz de ganar la guerra contra el narcotráfico.
MÁS INFORMACIÓN
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de marzo de 2010