El programa de cría en cautividad del lince ibérico "no corre ningún peligro". El nuevo consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, José Juan Díaz Trillo, lanzó ayer en Huelva un mensaje de "tranquilidad" ante el "grave contratiempo" que ha sufrido el proyecto con la muerte de cuatro felinos en tres meses y el anuncio del próximo fallecimiento de otros diez ejemplares. El desencadenante ha sido una enfermedad renal crónica incurable, de origen desconocido, que afecta casi al 40% de los linces criados en cautividad. La dolencia ha afectado a 24 de ellos. Diez se encuentran en fase terminal.
El consejero aseguró, sin embargo, que "el éxito del programa, modelo en España y en el mundo", es "notabilísimo". La previsión para 2010, recordó Díaz Trillo, era de 56 linces y, sin embargo, "tenemos 70". Los linces que viven en libertad no han desarrollado la enfermedad lo que hace pensar, según miembros del programa, que ha sido el "factor humano" lo que ha desencadenado el agravamiento de la tradicional sensibilidad renal de los felinos. Hay diez líneas de investigación abiertas y se baraja, sobre todo, la existencia de elementos patógenos en los conejos de granja suministrados, las vitaminas o en las vacunas administradas. Astrid Vargas, la directora del programa desde su inicio en 2005, anunció el martes en el centro de cría El Acebuche, en Doñana (Huelva) "la triste noticia" de la muerte inminente de estos felinos en peligro de extinción.
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El consejero reivindicó, por otro lado, la importancia de la colonia de linces ibéricos que viven en libertad, "más de 220", y alabó el trabajo de los técnicos e instituciones que participan en el plan de recuperación de una de las especies más amenazadas del planeta. El año pasado nacieron 18 cachorros dentro del programa de cautividad, el récord de este plan, que en total ha registrado 50 nacimientos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de marzo de 2010