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Muere un obrero al caer desde una azotea

Un obrero rumano de 22 años murió ayer al precipitarse al vacío desde la azotea de un edificio en Móstoles. El hombre cayó más de 30 metros hasta chocar contra el suelo.

El trabajador se encontraba junto con otro compañero reparando la cubierta del edificio, un inmueble de 10 pisos en la calle de Magallanes número 5. Con las lluvias de los últimos días el agua se había filtrado y los dos obreros estaban aislando la azotea. En un momento de los trabajos el hombre comenzó a caminar hacia atrás hasta que tropezó con el parapeto que cierra el perímetro de la azotea, de unos 40 centímetros de alto. Su compañero le avisó, pero no pudo evitar que cayera por la fachada.

La obra no contaba con medidas de seguridad: ni una línea de vida con arneses sujetaba al hombre, ni había parapetos de protección o redes. Ángel Campos, propietario de Reformas Impercam, compañía para la que trabajaba el obrero, explicaba ayer que el tipo de operación que estaba realizando, en una terraza, no requería protecciones. "No era un tejado ni nada", destacaba. Los sindicatos aseguraron que sí era necesaria protección.

La mayoría de vecinos ni siquiera eran conscientes de que se estaban efectuando reparaciones. "No sabemos quién lo decidió", explicaba una vecina del primer piso, "pero nadie nos consultó". Al dueño de la papelería, a la puerta de la cual cayó el cuerpo, le sorprendió el estruendo que produjo al golpear el suelo. Cuando salió, encontró al hombre ya fallecido. La sede de Impercam se encuentra en el bajo del mismo edificio. Los compañeros del obrero se mostraban desencajados.

Con este son ya 21 los fallecidos por accidente laboral en Madrid en 2010.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de marzo de 2010