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ARTE | La semana por delante

Paisajes velados de Herrero

La mayor parte de la obra de Mari Puri Herrero (Bilbao, 1942) está dedicada al paisaje. Es una constante que se ha podido ver desde sus primeras exposiciones individuales o colectivas. La artista vasca, que firma su obra como M. P. Herrero, lleva al lienzo el entorno en el que se mueve, tanto de las ciudades en las que ha vivido o los bosques o jardines por los que parece dar rienda suelta a mundos imaginarios.

La galería Álvaro Alcázar ha inaugurado su nuevo espacio (Castelló, 41) con una exposición dedicada a esta pintora y grabadora procedente de su cantera y que fue discípula de Asensio Martiarena. Son 12 obras, lienzos y papeles pintados con óleo y caseína, la mayor parte de gran formato. Todos ellos han sido escogidos entre la última producción de Herrero.

Al igual que ocurre cuando pinta figuras, los paisajes aparecen aquí tan velados que están a punto de ser una abstracción. Fascinada por el mundo del impresionismo, Herrero utiliza la luz para dosificar las formas de los edificios y la vegetación que aparece en su obra.

Las figuras y los ambientes participan de un mismo mundo de ensoñaciones. Las alamedas nevadas, los campos rojos o los jardines ocultos por las ramas son una invitación a adentrarse por senderos de ensueño.

La exposición se podrá visitar hasta el 23 de abril.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de marzo de 2010