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DANZA | La semana por delante

Eternos amantes de Verona

La partitura de Romeo y Julieta de Serguei Prokofiev (estrenada en Brno en 1938 y luego implantada en la tradición del gran ballet narrativo ruso-soviético) es sin duda la obra musical para ballet más importante del siglo XX y una de las que han estado abiertas a más versiones y estilos; también ha interesado a todos los grandes coreógrafos modernos, desde John Cranko a Kennett MacMillan. Ahora una agrupación de cámara madrileña, Ballet y Más, hace su adaptación coreografiada por José Miguel Hernández, que también encarna a Romeo; el que fuera miembro del ballet Víctor Ullate y del ballet de Zaragoza tiene como Julieta a la bailarina Elena Chamorro, que asume además la dirección artística (Centro Cultural Moncloa. Hasta el día 31. A las 20.00).

La excepcionalidad de esta singular puesta en escena viene de un bien escaso en el ámbito de la danza: la música en directo. El grupo de nueve instrumentistas Ensemble II está dirigido por Rodrigo Guerrero, que también se ha ocupado de los arreglos desde el original sinfónico a la formación camelística, contando con la voz de Carlos Fernández González de la Aleja, que al canto une la narración y sirve de hilo conductor narrativo a la conocida trama shakespeariana, que se resume aquí en los principales caracteres de la obra, además de los enamorados, están las cabezas patriarcales de las familias Montesco y Capuleto, con la siempre eficiente contrapartida dramática que ofrecen los caracteres en contraste de Mercuccio y Benvolio, entre otros.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de marzo de 2010