Familiarmente, hablando con los amigos, utilizo la expresión "síguele la pista" para indicar que lo que expresa una persona es digno de tener en cuenta. Y lo es porque aporta conocimiento y claridad a asuntos actuales que nos conciernen como miembros de una sociedad compleja, en la que separar el grano de la paja es tarea ardua. Hay que seguir la pista a quienes con sus reflexiones y aportaciones nos clarifican el sentido de la vida aunque sea en parcelas limitadas.
Es, en resumen, la actitud de mentes despiertas y clarividentes que son capaces de analizar esto que llamamos realidad. Una idea feliz y revolucionaria, una premisa por abordar, un juicio atinado, una visión distinta... son caras del poliedro que a modo de huellas nos dejan las personas que son capaces de despertarnos de la atonía y amodorramiento general. La indolencia del pensamiento único, la pereza del camino trazado de antemanoson, entre otros, enemigos de la movilización, entendida ésta como la búsqueda de nuevos propósitos más justos y liberadores.
Sinceramente, el hallazgo de una nueva formulación, de una pista que seguir... todo ello, ha sido para mí el señor Vidal-Beneyto. Me duele la pérdida de su huella, me consuela haberle seguido la pista. Gracias por todo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de marzo de 2010