Una nueva operación contra el tráfico de hachís se saldaba ayer con la incautación de 3.890 kilos de droga y la detención de ocho personas, dos de ellas guardias civiles. Los agentes, uno destinado en la localidad gaditana de Chipiona y un otro en Isla Cristina (Huelva), deberán responder de un delito contra la salud pública y otro de cohecho.
Y es que ambos efectivos, supuestamente, estaban en contacto con los narcos para facilitarles el paso de la droga y ayudarles a escapar de los sistemas de vigilancia. El primero en ser arrestado, el agente onubense, ya había ingresado ayer en la cárcel Sevilla II.
Las otras seis detenciones se han producido en la provincia de Sevilla, donde hasta ahora se han incautado tres alijos de hachís. El primero, de 570 kilos, permitió el arresto de tres personas, mientras que un segundo se interceptó en Las Cabezas de San Juan, donde tres individuos, dos de nacionalidad colombiana y otro de Isla Cristina, transportaban en un coche 820 kilos.
La aprehensión más importante, 2.500 kilos de hachís, se efectuó de madrugada en Lebrija con la participación de Vigilancia Aduanera y la Guardia Civil. La droga intervenida procedía de Marruecos, se introducía en España por el río Guadalquivir, principal puerta de entrada del hachís en Europa, y se distribuía en Galicia, comunidad en la que se asentaba la red.
El Grupo de Respuesta Especial al Crimen Organizado (Greco) de Madrid coordina la operación, que sigue abierta, y en la que intervienen el Greco de Galicia, Vigilancia Aduanera, Guardia Civil de Cádiz y Huelva, así como la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (Udyco) de Ceuta, donde otro de los contactos de la red preparaba la salida de la mercancía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de abril de 2010