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Reportaje:

Reivindicación forestal

¿Es compatible la industria maderera con la conciencia ambiental? Una exposición del Museo de las Ciencias defiende que sí

"En España la madera que se corta en un año es menos de la mitad de lo que crecen los bosques. La superficie forestal aumenta". El texto forma parte de Amueblando el hábitat, de la mano de la naturaleza, exposición con vocación de permanencia (la idea es mantenerla abierta dos años) que puede verse en el Museo de las Ciencias de Valencia. La muestra no tiene, en cambio, vocación de neutralidad. Detrás de ella están Fevama (la federación de la madera y el mueble) y Aidima (el Instituto Tecnológico del Mueble, Madera, Embalaje y Afines). Su objetivo es mejorar la visión no siempre buena que se tiene de la industria.

Dividida en tres partes, la muestra arranca con una explicación sobre la compatibilidad del negocio maderero (y del mueble) con la conciencia ambiental. Se asegura por ejemplo que la agricultura a pequeña escala es responsable del 59% de la deforestación mundial. Le siguen la extensión de grandes plantaciones (12%), la agricultura intensiva (8%), la agricultura invasora de bosques vírgenes (4%), y la construcción de carreteras y otro tipo de infraestructuras (9%). Las talas indiscriminadas contribuyen, por su parte, a un 8% de la destrucción total. "Un bosque ordenado", se afirma en una infografía que narra las fases de plantado, crecimiento, poda, tala, fabricación y reciclaje de la materia prima, "permite la corta periódica sin extinguir o deteriorar" la masa forestal.

La agricultura a pequeña escala provoca el 59% de la deforestación

Puede verse un termitero y aprender sobre dendrocronología

Una sala transporta al visitante a un bosque y mientras camina, el suelo, que simula un riachuelo, recrea las ondas en el agua que provocan los pasos. Se puede aprender a calcular la edad de los árboles mediante la dendrocronología (la técnica que mide los años a través de los anillos que se forman en los troncos). Y mirar a los ojos al peor enemigo de la madera estructural: las termitas. Cuando se inauguró la exposición, el 12 de marzo, el termitero (que dispone de un ambiente urbano y otro forestal) contenía unos 42.000 individuos sin reina ni rey. En un mes o dos, sin embargo, cuando hayan aparecido los llamados reproductores secundarios, la colonia alcanzará con seguridad las 200.000 termitas.

La exposición reserva un espacio a los productos elaborados con madera y a los juegos infantiles. Entre ellos, un dominó en el que las piezas no se unen por números sino por el tipo de árbol del que proceden. Hay una barca de pesca de El Cabanyal, una barrica de 64 litros de roble francés y muchos otros objetos. La muestra, que irá creciendo, se cierra con un pequeño museo del mueble. Una de las primeras piezas es una silla estilo Tudor fabricada en 1932 por Guanter Muebles. Y una de las últimas, un mueble para exterior de la firma Andreu World.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de abril de 2010