El gran mal de los partidos es el pensar únicamente en las encuestas y las posibles pérdidas o ganancias de votos. Todo se mide en votos como única moneda política. Los tertulianos hacen la mayoría de los comentarios sobre la repercusión de una medida por la pérdida de votos. En Hoy por hoy he escuchado a uno decir una frase coherente: "Ahora lo importante es salir de la crisis y dejarnos de encuestas y elecciones", pero para mi desilusión ha sido un lapsus, pues la respuesta ha sido de la repercusión de las posturas en las encuestas y vuelta a lo mismo. Incluso los políticos en los debates del Congreso hablan sin pudor en esos términos como única razón para actuar o no.
Encuestas, votos, encuestas, votos... ¿Dónde está el interés de los ciudadanos? ¿Dónde están las ideologías? ¿Dónde están los políticos al servicio del país?
Creo que todo se explica por los incondicionales que votan a un partido pase lo que pase y hagan lo que hagan y sea quienes sean los que están en la cabeza, roben, prevariquen, mientan o manipulen. Es igual, dicen o piensan: yo soy de tal o cual partido y les votaré en cualquier condición. Si tuviéramos conciencia política o cambiaban o sólo se votarían ellos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 1 de abril de 2010