Alberto Corazón (Madrid, 1942) ha convertido su última exposición en un bosque de papel. Con el dibujo como aliado y el papel como soporte, el artista y diseñador gráfico exhibe hasta el 30 de abril en la galería Marlborough (Orfila, 5) todo un ejercicio de las múltiples posibilidades que se pueden lograr con formas y materiales esenciales.
Los temas tienen que ver con recuerdos personales del artista, aunque Corazón explica que lo que ha hecho es un puro merodear: "La mano ha empezado a moverse en un ejercicio de búsqueda. Mis dibujos no tratan ya sobre lo que vemos, sino sobre lo que recordamos. Ese recuerdo puede estar anclado en algún lugar del cerebro".
Corazón hace en estas obras un homenaje a la forma. Cada trazo de carbón y grafito sobre papel de algodón está cargado de símbolos. El propio Corazón lo explica diciendo que en este bosque de papeles se puede ver "un absurdo laberinto lleno de trampas. No hay ninguna razón para dudar de aquello que sentimos y experimentamos. A fin de cuentas el asunto clave es en qué clase de relación está el cerebro con la mente, cómo se relaciona lo que sentimos con lo que pensamos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de abril de 2010