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Un juez ordena a los jefes condenados por acoso a alejarse de su empleada

El acoso laboral que ha sufrido durante años una trabajadora de la compañía Mapfre Automóviles en Granada ha sido reconocido por un juez, que además de condenar a sus jefes a pagar una indemnización de más de 31.000 euros y ordenar que cese de inmediato el acoso les ha obligado a alejarse de ella. La empleada tiene que volver a su puesto de tramitadora de siniestros, que fue modificado en 2007 cuando se le obligó a colaborar con el servicio médico y a asumir labores administrativas pese a pertenecer a una clasificación profesional superior.

Ella tiene 48 años y lleva casi 20 años trabajando en la empresa, primero como auxiliar administrativa y luego como tramitadora de siniestros. Sindicalista y actual presidenta del comité de empresa, desde 2004 presentaba un cuadro depresivo y de ansiedad extrema que no mejoraba con los fármacos. Cuatro años después y tras numerosas revisiones le cambiaron el tratamiento por "sintomatología ansioso-depresiva reactiva a conflictividad laboral".

Aunque el origen del acoso lo remonta la demandante a 1998, el juez recuerda que debe haber una relación entre el acto de acoso y la fecha de la demanda por lo que se refiere a sucesos posteriores en los que ve "voluntad contraria a la integridad y dignidad de la trabajadora" por parte de dos de sus jefes, e incluso de otras personas no demandadas. En concreto, condena a la empresa en sí y a los que en 2007 eran subdirector técnico territorial y subdirector de siniestros en Mapfre Granada.

La sentencia, que no es firme, reconoce parte de los hechos que llevaron a la empleada a presentar la demanda. El alejamiento por parte de los condenados ya se cumple puesto que la empresa los trasladó antes de que el juez dictara sentencia.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de abril de 2010