Las condiciones meteorológicas mejoraron ayer, pero las consecuencias de las fuertes lluvias que azotaron Río de Janeiro a principios de esta semana han vuelto a sembrar la destrucción en la ciudad brasileña. En Niteroi, en el área metropolitana de Río, un corrimiento de tierras sepultó unas 60 viviendas, donde se calcula que vivían 200 personas. Los organismos oficiales elevan a 161 el número de víctimas mortales en Río a causa del temporal. Unas 15.000 personas han tenido que ser evacuadas de sus casas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de abril de 2010