Mik107, un joven bloguero que trabajaba en Le Journal du Dimanche, puede ser el culpable de todo. O no. Como toda intriga palaciega, no hay casi ninguna evidencia en este caso salvo la más notoria: lo que empezó como un rumor de alcoba ha terminado, por el momento, en un severo aviso al presidente de la República francesa.
Mik107 es el nombre que utilizaba el ex empleado del rotativo francés y con el que firmó en su blog, el pasado 9 de marzo, el rumor sobre las desavenencias conyugales de los Sarkozy y las historias paralelas que ambos habrían iniciado. Él, con la secretaria de Estado Chantal Jouanno y ella, con el cantante Benjamin Biolay.
Como parece lógico, el rumor saltó a los medios de comunicación de medio mundo, y más en los días posteriores, cuando la historia no ha hecho más que enredarse. Del entorno del presidente salió la acusación de que había un complot contra la pareja y se citó a la ex ministra Rachida Dati como alentadora del rumor. Se publicó además que el Elíseo investigaba la identidad de los instigadores del bulo.
Carla Bruni salió esta semana pasada a la palestra para intentar desactivar el escándalo. Todo son rumores, nadie está investigando el supuesto complot y Rachida Dati, ahora exiliada en el Parlamento Europeo, sigue siendo una buena amiga, dijo. Pero su intervención no ha servido para apagar el fuego, pues el propio Bernard Squarcini, director del contraespionaje nacional, ha reconocido la apertura de la investigación, dejando a todos en evidencia.
Y así es como el embrollo ha crecido, hasta el punto de que la prensa se pregunta si Sarkozy es el candidato ideal de la derecha para 2012. Su adversario, el ex primer ministro Dominique de Villepin, le ganó el pulso por el caso Clearstream y se perfila como candidato. Ha perdido las recientes elecciones regionales y en el partido hay un gran malestar por este asunto, que se suma a su estilo presidencial marcado por el glamour y un protagonismo sin precedentes. El mismo Sarkozy dijo cuando le preguntaron hace dos años sobre su posible boda con Bruni: "La presidencia de la República no garantiza la felicidad". Ni la continuidad...
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de abril de 2010