Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
CARTAS AL DIRECTOR

Riesgo laboral

Después de una dura y larga jornada de trabajo, Nati se dispone a marcharse a casa cuando se le acerca su jefe y la dice con malévola ironía: "... ¿Se toma usted la tarde libre, señorita?".

Se habla mucho del cambio ineludible del modelo económico español, obsoleto a todas luces, si finalmente se quiere salir fortalecidos de la crisis en que estamos inmersos hasta las orejas. Para ello, se dice, nuestra actividad económica se tiene que basar en el talento y en la innovación. Este nuevo "mantra" que pretende resolver todos nuestros problemas económicos es claramente insuficiente si no va acompañado de un concepto más austero, que no mísero, de nuestra forma de consumir y sobre todo en una revalorización de lo que, aunque suene a música celestial, es cada vez más necesario: la dignidad de los trabajadores y trabajadoras de este país.

La sociedad del conocimiento a la que aspiramos llegar algún día deberá superar conceptos de gestión empresarial anacrónicos. Uno de estos anacronismos es el de alargar los horarios laborables como forma de aumentar el rendimiento de los trabajadores. Craso error, horarios interminables, en el mejor de los casos, lo que demuestran fundamentalmente es una mala organización del trabajo y, a veces, el capricho de un incompetente directivo. La presión y agresividad que existe en la actualidad en el puesto de trabajo está generando una sociedad profundamente infeliz y enferma, los casos de France Télécom pueden ser sólo la punta del iceberg.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de abril de 2010