Un año más empieza la campaña de la declaración de Hacienda. Este año mi mosqueo ha empezado más pronto que nunca, pues tras las vacaciones de Semana Santa recibí un borrador de declaración individual (sin haberlo solicitado, digo la individual); dos días después, recibimos el borrador de mi hija, menor de edad, sin vida laboral y aún estudiante de instituto. En fin, espero que llegue la de mi marido. Yo, como siempre, la haré conjunta.
No sé qué pensar de Hacienda, del derroche de papel, del derroche de correo, del derroche de tiempo de los trabajadores. ¿Cuánto dinero cuesta a las arcas? ¿Para qué tantas moderneces con Internet, líneas telefónicas gratuitas y demás.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 13 de abril de 2010