La campaña ballenera de Japón ha sido un fracaso. Amparado en el supuesto interés científico de las capturas, el país, que siempre se ha negado a prohibir la captura de ballenas, había conseguido para esta temporada autorización para matar 1.035 animales, pero la actividad de los grupos conservacionistas, sobre todo de Sea Shepherd, han impedido actuar a los barcos japoneses, que sólo han capturado 507 animales.
Según recogen agencias japonesas, los propios marinos atribuyen a los encontronazos con los barcos de la organización ecologista la falta de rendimiento de la campaña. Las acciones de Sea Shepherd, consistentes en acosar e interponerse en la ruta de los balleneros, han supuesto que la temporada tuviera que ser suspendida durante un mes.
En los choques ha habido denuncias cruzadas. Las autoridades japonesas acusan a los activistas de haber arrojado materiales corrosivos a los barcos, y, por otro lado, los balleneros hundieron en enero el barco Ady Gil de los ecologistas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de abril de 2010