Qué emocionante el acto en apoyo al juez Garzón en el Salón de Grados de la Facultad de Medicina. Desde que el lehendakari López dijo "De pie ante el pueblo vasco", cuando prometió el cargo, no había vuelto a sentir tanta emoción. Gracias, gracias a todos, a los sindicatos, al rector Berzosa, a Carlos Jiménez Villarejo -cuánto te echamos de menos-, que nos han reconfortado y que nos reconcilian con la dignidad de "la gente decente". Gracias, por supuesto, a todos los que han querido acompañar a Garzón en la búsqueda de lo silenciado.
Los que nos hemos sentido desamparados por los que nos deberían amparar y que optaban por atender las demandas de grupos o partidos contrarios a una sociedad democrática nos sentimos ahora menos indefensos y pertenecientes a una sociedad más libre, más avanzada, que trabaja día a día por la construcción de una democracia más completa.- María Teresa Biehn. Madrid.
Cada vez que pienso en el infame proceso de la derecha franquista contra el juez Garzón, acude a mi mente el cuento de Augusto Monterroso: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí".- Francisco Sánchez Pérez. Madrid.
Habrá que seguir confiando en la justicia, aunque será difícil confiar en los jueces.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 15 de abril de 2010