El juicio contra Cristóbal Martínez, el vecino de Baños de Ebro acusado de matar a puñaladas a su esposa, Estíbaliz Angulo, el 15 de agosto de 2008, quedó ayer visto para sentencia. Todas las partes mantuvieron sus peticiones provisionales. La fiscalía reclama 15 años por homicidio y otros dos por maltrato; las acusaciones particular y populares, 20 años por asesinato.
El único cambio llegó en la defensa que retiró la eximente completa de enajenación para el delito de homicidio, aunque mantiene las atenuantes de obrar por arrebato, confesión a las autoridades y voluntad de reparar el daño a las víctimas, por lo que pide tres años de prisión.
La última jornada del juicio sirvió para confirmar que Cristóbal Martínez se ensañó con su esposa, a la que hirió repetidas veces con cuchillo de cocina hasta causarle la muerte. Además, aportaron su testimonio los agentes de la Ertzaintza que acudieron inicialmente al lugar de los hechos y la psicóloga que atiende a los hijos de la pareja.
El acusado insistió en que quería a su mujer "más que a su vida" y que sentía celos, pero "sanos". A renglón seguido, aseguró que no era su intención matarla. "Creo que lo hice yo, pero no era yo." Después de cometer el crimen intentó suicidarse. "Dios me perdonó; la Justicia divina ya se ha pronunciado", concluyó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de abril de 2010